Ha pasado apenas una semana y medios que Carlos Alcaraz Se eleva al inicio de Roland Garros. Ha pasado por Ibiza y por casa y por una época de descenso de la guerra. Pero como si no hubieras pasado ni una sola hora, sueñas con maravillarte en el ayer, donde en Queen's suma su primer triunfo ante Francisco Cerundolo, 25 años y 26 años en el mundo, con un conjunto de inicios de superioridad absoluta y otras dificultades superiores. En definitiva, otra victoria del raquetero, y más horas de entrenamiento y aprendizaje.
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“Es fácil ser el primero y es fácil decir la primera vez en el pasado, pero estoy muy contento con lo que hizo y lo que hizo, con todo lo que se dijo después y que tuvo dificultades con él. Y con el restaurante”, admitió tras el murciano, con una sonrisa radiante que no pasa de hace un rato tras todos los chicos que le regalaron el antebrazo en primavera.
Y tuvo esas dificultades porque tras un primer set marcado, un 6-1 en apenas 29 minutos, con agilidad y movimientos precisos y milimétricos, entró en un pequeño raso de lo aprobado por Cerúndolo. Mucho más agresivo con el argentino en el inicio del segundo set, acabó con un 3-0 gracias a su buen gol y al peor hacer del español, registrado con él y sin que el resto del tema lo hiciera.
Los errores se sucederán ante un círculo muy centrado en el fondo que sumará los puntos en el momento oportuno. Como está a punto de jugar con Djokovic en Roland Garros.
Y por tanto, un 2-5 que presagia un retraso mayor en Queen's. Pero Alcaraz es su valor ante los momentos difíciles en los que llegó hasta aquí.
Ni la mirada ni la derecha, salvo que se empujen punto a punto, pueden celebrarse en un momento de celebración y recuperar a los plebeyos para sumar tensión a la mano del argentino. Seguro que pudo sumar tres puntos de set con el de Alcaraz, pero también es el número uno del mundo, defensor del título en estas pistas y el tenista con mejores funciones del presente. Junto con tres buenos amigos, se liberan de los problemas y son enviados a la siguiente ronda ante el argentino. Así que Alcaraz encontró el momento adecuado para ganar cinco partidos seguidos y celebrar su primer trío en solitario de Queen en dos sets. Para ello habló del primer paso en su camino hacia el título.
“Vine con la expectativa de hacer lo mejor posible. Esta es una gran prueba de todo lo sucedido durante esta segunda mitad. Contento con la forma en la que jugó y cómo acabó, y de vivir situaciones comprometidas con él y con el resto ante Cerúndolo. Hoy estoy empezando, pero no he jugado aquí como lo hice en Wimbledon el año pasado. Quiero ser mejor y aprender a moverme mejor”, concluye Alcaraz. Ya con tanto sabía, y con tanto por aprender.