Recientemente y en los medios la noche del 30 de mayo, España perdió más de cuatro años en la historia del tenis. Casper Ruud desarrolló la resistencia y el buen hacer de Alejandro Davidovich luego de cuatro horas y tres minutos; una Victoria que jugó en el distrito de Roland-Garros con sólo dos representantes nacionales clasificados para la tercera ronda: Carlos Alcaraz y Paula Badosa.
Roland Garros, para la historia, siempre ha sido el torneo más español. Clay, sobre casa y con tantas referencias que inspiran a la gente a grabar este título. Lo ganaron Manuel Santana (1981 y 1984), Andrés Gimeno (1972), Arantxa Sánchez Vicario (1989, 1994 y 1998), Sergi Bruguera (1993 y 1994), Carlos Moyà (1998), Albert Costa (2002), Juan Carlos Ferrero (2003), Rafael Nadal (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021 y 2022) y Garbiñe Muguruza (2016).
Pero hay mucha más gente que lo ha probado en varias ediciones: Jordi Arrese, Conchita Martínez, Emilio y Javier Sánchez Vicario, Pato Clavet, Alberto Berasategui, Alex Corretja, Félix Mantilla, Manuel Orantes, Tommy Robredo, Fernando Vicente, Tomás Carbonell… Pero mire ahora que este esplendor del tenis nacional en la tierra batida parisina, fue extraordinario, cuando lo normal es que no haya muchos candidatos a ganar la Gran Ciudad del Light Slam.
Pero lo observaréis desde el momento en que se detenga el ciclo prodigioso. En 2023, sólo tiene tres participantes en Roland Garros, el nivel más bajo en 33 años. En esta edición, en la que no hay ningún español que se adjudicara a París un título en tierra batida por primera vez en 29 años, fue catorce tenistas, pero también quedó demasiado lejos.
No se registra una cifra baja con una raqueta española en tercera ronda de Roland Garros desde 1983, cuando José Higueras llegó a semifinales, que perdió en semifinales ante Mats Wilander (7-5, 6-7, 6-3 y 6-0), y Fernando Luna, que perdió en la plaza de ronda ante Roger-Vasselin (6-2, 6-3, 1-6 y 6-1). No hubo representa el cuadro femenino.
En 1981 no había español para estas eliminatorias, ni en el organismo masculino ni en el femenino. Sólo tres participantes, todos en el grupo masculino, excepto Cayeron en el segundo partido: Ángel Giménez (ante el francés Paul Torre por 6-3, 6-4 y 6-3), Roberto Vizcaíno (contra Tommy Giammalva por 6-4, 7-5 y 6-4), y Gabriel Urpi (ante Connors por 6-3, 7-6 y 6-4).
En 1998, también tuvo un solo tenista en la tercera ronda del cuadro masculino, Emilio Sánchez Vicario, que perdió en cuatro finales ante Mats Wilander (6-7, 7-6, 6-3 y 6-4). Sin embargo, hay dos mujeres que completan el cartel: Conchita Martínez entró en ronda antes que Bettina Fulco (6-2 y 6-4), y Arantxa Sánchez Vicario, que cayó en cuartos de final ante la australiana Nicole Provis (7-5, 3-6 y 6-4).
“Este año es que los menos torneos de tierra batida han tenido la costumbre de alargar el Masters 1.000 durante dos semanas. Solo tiene una semilla, Alcaraz, y eso no es normal. Bueno, no estamos acostumbrados. Tenemos una dinámica en la que se nota que vendemos menos jugadores españoles. Con Carlos le pega un poco a todo porque es un monstruo que lo destruye todo. Pero es una pluma. No es muy bueno lo que hay que hacer”, comenta Pablo Carreño, dulce derrota en primera ronda tras muchos meses de amistad con su lesión en el codo.
Y esto se ve en Italia, que ha construido una estructura que ha dado lugar a nuevas promesas que han sido formadas por expertos veteranos. En este Roland Garros: Paolini, Errani, Fognini, Zeppieri, Darderi, Cobolli, Nardi, Arnaldi, Sonego, Bellucci, Berrettini, Musetti, Sinner, Cocciaretto, Bronzetti, Trevisan, Sinner: “Tienes un gran número de jugadores jóvenes con muchos Buenos resultados. Hay cosas que están muy bien a nivel de Federación: el número de torneos, de inscripciones, que se hacen en España y que no continúan. Al final en este mundo manda el dinero: lo más fácil es lo más fácil de hacer las cosas”, afirma Carreño, esperando que la dinámica sea positiva para España.