El 3 de junio de 2015, Rafael Nadal Hace 29 años. Pero tus regalos de cumpleaños son muy divertidos: cae ante Novak Djokovic en cuartos finales. Segunda derrota de su vida en Roland-Garros después de 70 victorias y un trabajo romántico porque está ante el serbio y porque se acerca a otro magnífico triunfo en Philippe Chatrier. Y habrá más amor por el pastel porque en la próxima edición no competirá con el otro lado del rojo, pero habrá una derrota: contra su cuerpo la herida del muñeco será para el que deje de seguirse. en el torneo en una segunda ronda, justo antes de enfrentarse con Marcel Granollers.
Con estos precedentes, se entiende que para la edición de 2017, Nadal ingresará a la Chatrier como un ciclo. Tampoco te enfrentarás a un francés en primera ronda, Benoît PaireCambió los más pequeños (6-1, 6-4 y 6-1), aprendió a leer la presión en sus primeros años y con un público local que, si bien quería ganar su chic, no sentía especialmente quién perdería ante King. Nadal, que también fue un poco él mismo.
Tampoco estoy preocupado Robin Haase (6-1, 6-4 y 6-3) y mucho menos por hacer Nikoloz Basilashvili (6-0, 6-1 y 6-0), antes de enfrentarse a dos amigos y compañeros de la Copa Davis en las siguientes rondas. Comparativa de riesgos en torneos por equipos y mucha práctica, pero sin el pie con ellos en Roland Garros: 6-1, 6-2 y 6-2. Roberto Bautistay 6-2 y 2-0 antes Pablo Carreño teniendo el cual se retirará por lesión.
A cuál Dominic Thiem Se presentó ante Nadal por primera vez en París hace 20 años cuando le plantaron en semifinales. A priori, el austriaco tuvo mucha más mano y menos plantarle más cara que en el anterior, pero duró lo mismo que el resto de rivales baleares: un recelo.
Y si esperábamos más dificultad en la final, se evaporó en el tercer partido, rotura y sin mirar atrás, hacia la Décima. Porque Nadal está de alguna manera en contra Stan Wawrinka, alcanzó la perfección: el mejor en los balones abiertos durante la hora del defensa, sólo 12 errores en los forzados y apenas sus partidos encajados. En total, si 2008 tuvo este momento de título más plano (sólo 41 partidos perdidos), una década después se superó la pelota: 35, sólo tres por última vez del récord que estableció Bjorn Borg en 1978.
“No hay nada que decir sobre la fiesta de hoy. Creo que fue un partido duro, una derrota dura. Jugó contra el mejor tenista en tierra batida de la historia. Hoy ganó su décimo Roland Garros y eso es algo enorme”, aceptó Wawrinka, que no había perdido la final de Grand Slam que había disputado (3). “Él crea dudas que no tienes que tener si quieres batirle. Y, sobre todo, en tierra batida, por su forma de moverse. Si estás jugando contra Rafa no tienes del todo claro qué debes hacer, no tienes opciones. Si la gente queda en segunda posición, está «demasiado tarde», analiza el trofeo de finalista en las manos tras ver el lugar con la defensa del español, con sus tiros imposibles y tuvo que levantarse para que la rabia pelee con un raqueta en el juego por puar desesperación.
Porque la Copa Mezquita estuvo en manos de su duier original, que la hizo en sus dos últimas carreras antes de poder recuperarse en 2017 con ambición. Recibió el recibimiento de manos de Lars Emerson, pero resultó que su tío Toni le había dado la señal que le habían ofrecido en el pasado.
Momento para la revocación porque era un homenaje tanto al tenista como a su tío, que iba a ser su entrenador en la final de esta temporada.
“Donde estás aquí, la adrenalina está ahí, no donde te sientas aquí. Sólo yo puedo agradecerles por todo por el apoyo. Vas a ganar todos los torneos, pero aquí en París es algo distinto”, admitió el balear que logró ganar los bocados tanto en Montecarlo como en Barcelona, pero es que en Roland-Garros fue mucho más.