Madrid (Reuters) — España exhumó el lunes el cuerpo de José Antonio Primo de Rivera, el fundador del movimiento fascista Falange que apoyó al régimen de Franco, y lo retiró de un mausoleo excavado en una colina cerca de Madrid mientras los partidarios del fascismo se despedían.
Varios simpatizantes reunidos frente a las puertas del recinto antes conocido como el Valle de los Caídos entraron en acción, con pancartas que decían «Llegó José Antonio» o coreando «Viva España» mientras pasaba su coche fúnebre.
La policía luchó por encontrar una gran multitud de unos 150 simpatizantes de la Falange que se habían reunido frente al cementerio de San Isidro en el sur de Madrid, donde iba a ser enterrado de nuevo. Hicieron el saludo fascista y cantaron la canción falangista «De cara al sol».
La exhumación, tras el retiro de los restos del dictador Francisco Franco en 2019, forma parte de un plan para transformar el complejo construido por Franco, que pasó a llamarse Valle de Cuelgamuros el año pasado, en un monumento a las 500.000 personas asesinadas. La Guerra Civil Española de 1936-39.
El ministro del Despacho de la Presidencia, Félix Bolaños, valoró la exhumación del cuerpo este viernes como un paso más para darle un nuevo símbolo al valle.
“Ninguna persona o ideología que inspire el bullying debe ser honrada o elogiada allí”, dijo en ese momento.
Hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, que gobernó España entre 1923 y 1930, José Antonio fue fusilado en noviembre de 1936 por fuerzas republicanas de izquierda en Alicante.
Esta es la quinta vez que su cuerpo ha sido enterrado y la cuarta vez que ha sido exhumado.
En 1939, tras ser enterrado en dos cementerios de masas diferentes, en Alicante, su féretro viajó 500 kilómetros desde la ciudad de la costa este hasta San Lorenzo de El Escorial, localidad cercana a Madrid donde están enterrados miembros de la familia real española.
Su cuerpo fue trasladado nuevamente durante la finalización del monumento Valle de los Caídos 20 años después y enterrado bajo el altar de la basílica, donde Franco lo encontraría a su muerte en 1975.
Franco, un general del ejército, y Primo de Rivera, un actor dramático, tuvieron una pequeña aventura, según el biógrafo de Franco, Paul Preston.
Franco desperdició muchos intentos de concertar un rescate o un intercambio de prisioneros que hubiera salvado la vida de Primo de Rivera, escribió Preston en su autobiografía.
Su muerte permitió a Franco eliminar a la oposición y controlar a los falangistas, integrándolos en un movimiento de gran alcance que apoyó su dictadura.
El Gobierno trabaja en el mausoleo para permitir el acceso a las criptas donde están enterrados de forma anónima los restos de 34.000 personas, muchas de ellas víctimas del franquismo, lo que permitirá a las familias identificar a sus familiares.