(CNN) Este martes se aprobó en Francia la prohibición de vuelos domésticos cortos para viajes que se puedan hacer en tren en dos horas y media.
Clement Beaune, el Ministro de Transporte francés, aceptó la orden.
«Este es un paso importante y una fuerte señal en la estrategia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», dijo Beaune en un comunicado.
«Mientras luchamos incansablemente para destruir nuestra forma de vida, ¿cómo podemos justificar el uso de vuelos entre las principales ciudades que se benefician de conexiones ferroviarias regulares, rápidas y eficientes?» añadió.
Solo se han completado tres rutas: las que conectan el aeropuerto de París-Orly con las ciudades de Burdeos, Nantes y Lyon. Los vuelos de conexión no se verán afectados.
Para que la prohibición funcione, la Unión Europea insistió en que la ruta en cuestión debe tener otro enlace ferroviario de alta velocidad que permita viajar entre las dos ciudades en menos de dos horas y media. También debe haber trenes que lleguen temprano y tarde para que los viajeros puedan pasar al menos ocho horas en su destino.
Otros criticaron al presidente francés, Emmanuel Macron, por socavar las propuestas de su grupo ecologista, que recomendó prohibir los vuelos en los que el viaje en tren dure menos de cuatro horas.
Los críticos han señalado que el tren de alta velocidad ya está sacando pasajeros de los aeropuertos y que la prohibición aborda los problemas climáticos sin hacer nada al respecto.
«Nadie se dejará engañar por este movimiento: los pasajeros, naturalmente, dejarán de tomar vuelos en estas rutas», tuiteó Guillaume Schmid, exjefe del sindicato de pilotos de Air France.
«La prohibición de vuelos de Francia es un paso simbólico, pero tendrá muy poco impacto en la reducción de emisiones», dijo Jo Dardenne, director de aviación para la campaña de transporte limpio en Transport & Environment (T&E).
Según estimaciones de T&E, las tres rutas afectadas por la prohibición representan solo el 0,3% de las emisiones de los vuelos que salen de Francia y el 3% de las emisiones de los viajes aéreos en el país (contando solo los vuelos domésticos del continente).